Los materiales empleados para construir una guitarra se eligen de acuerdo con la función y las características de cada parte del instrumento. En una guitarra acústica, la tapa juega el papel más importante a la hora de transformar las vibraciones de las cuerdas en sonido, y normalmente está hecha de una madera resonante y ligera, como puede ser la pícea. Por el contrario, los costados y el fondo de la guitarra deben ser de una madera comparativamente muchos más rígida y pesada, como es el caso del palosanto, con objeto de proporcionar un soporte firme para las vibraciones de la tapa.

El proceso de equilibrar fuerza resistencia, sonido y estética se repite para cada parte de cada guitarra, y se eligen los mejores materiales en consecuencia.

El proceso de secado es una fase crucial en la fabricación de las guitarras Yamaha.

Al construir una guitarra, asegurarse de que la madera utilizada tiene el nivel de humedad correcto, y que dicho nivel de humedad es estable, es esencial para la calidad del instrumento una vez terminado. Yamaha produce una gran cantidad de instrumentos hechos de madera, y eso nos ha permitido acumular un enorme conocimiento sobre cómo disminuir la cantidad de humedad en un instrumento y que después se mantenga el nivel de humedad deseado.

Yamaha utiliza una combinación de secado natural y artificial para reducir la humedad al nivel de aproximadamente el cinco por ciento. La madera que ha terminado el proceso de secado artificial se cura en una sala con humedad y temperatura constantes para asegurar que su contenido de humedad permanece estable en la gran variedad de condiciones que luego se puede encontrar en cualquier parte del mundo.

A.R.E. es una tecnología patentada desarrollada por Yamaha que altera la madera de la misma manera que lo hace el envejecimiento con el paso de los años, rompiendo y cambiando su estructura interna.

Mediante la alteración de la forma de las fibras de la madera a nivel microscópico y el debilitamiento de la hemicelulosa, una material que hace que las fibras se mantengan pegadas y unidas, la tecnología A.R.E. da a las guitarras el mismo sonido maduro, rico, cálido y abierto que el de un instrumento que se ha tocado durante años. A.R.E. se aplica como parte del proceso de secado final.

Para los procesos que requieren alta precisión y repetitividad, como son el corte de las ranuras de los trastes o el mecanizado de los puentes de guitarra, se utiliza maquinaria controlada por ordenador con tecnología muy avanzada. Estos métodos modernos de fabricación de guitarras se utilizan en las fábricas de Yamaha en Japón, China e Indonesia, y se combinan con las técnicas y habilidades tradicionales de la fabricación a mano desarrolladas durante más de 60 años de construir guitarras en Japón y en nuestras fábricas de otras partes del mundo.

El varetaje en una guitarra acústica es un elemento extremadamente importante para mantener la resistencia de la tapa de una guitarra acústica y al mismo tiempo transmitir las vibraciones del cuerpo a través de todo el instrumento.

En Yamaha utilizamos métodos de vacío y prensas de aire para garantizar una sujeción completamente segura del varetaje. Estos métodos preservan la resistencia de la unión entre el varetaje y la tapa y el fondo de la guitarra, reduciendo la pérdida de vibraciones en todo el instrumento.

Tallar el varetaje requiere la máxima destreza y la sensibilidad de un constructor de guitarras experimentado. Para dar forma al varetaje se utilizan cinceles, y después el artesano da pequeños golpecitos sobre él para comprobar su sonido. Esta tarea se repite con extremo cuidado hasta conseguir la forma perfecta del varetaje.

Las contrafajas de las guitarras acústicas son unas láminas finas que se aplican a las superficies interiores de los costados del instrumento para que estos puedan estar unidos a la tapa y al fondo de la guitarra. Las contrafajas juegan un papel clave en la transmisión de las vibraciones de la tapa de la guitarra desde los costados al fondo, esparciéndolas por todo el cuerpo del instrumento. Al igual que sucede con cualquier otro paso en la construcción de una guitarra, la precisión es clave: las contrafajas tienen que tener una forma perfecta y estar firme y uniformemente ajustadas a las curvas del cuerpo de la guitarra para resultar resistentes y estables.

Para dar la forma curvada a los costados de una guitarra acústica a partir de una pieza plana de madera, se aplica calor y después se curva utilizando una prensa. Después de quitar la pieza de madera de la prensa, se coloca en un molde y se enfría, de modo que se elimina la humedad. Este proceso ha de monitorizarse cuidadosamente, ya que si se aplica demasiado calor se producirá una retención de humedad, lo que causará que la guitarra se deforme más adelante, mientras que demasiado poco calor puede dar como resultado que los costados se agrieten.

Las guitarras Yamaha utilizan diferentes procesos según los modelos, pero para las guitarras acústicas de la serie L, se encolan primero la tapa y los costados, y a continuación el fondo.

Este proceso paso a paso hace que se origine menos tensión residual cuando el cuerpo está terminado que si se pegan todas las superficies al mismo tiempo, y esto se traduce en un aumento de la facilidad para que todo el cuerpo vibre y produzca mayor riqueza tímbrica y más resonancia.

Hay dos tipos principales de ribete: los hechos de resina y los construidos con madera. Para el encolado de las incrustaciones de resina, se utiliza un pegamento especial que derrite la resina en el momento del encolado y después se aprisiona para acelerar la adhesión. Para las incrustaciones de madera se utiliza un adhesivo diferente, y se sujetan las piezas firmemente colocadas en su sitio mediante bridas durante el tiempo que tarda en secarse la unión de las mismas.

Las guitarras clásicas "custom" de Yamaha se hacen siguiendo el método español, en el que el zoque y el bloque del mástil están construidos como un todo unificado de una sola pieza de madera. Para todos los demás modelos, el mástil se inserta en un surco cortado en el cuerpo, formando una ensambladura de cola de milano.

Una sola pasada de cepillo puede cambiar la resistencia o el ángulo de la ensambladura y afectar al sonido o a la altura de la acción de la guitarra de manera significativa, por lo que este método requiere un alto grado de precisión y destreza.

El trabajo de acabado de las guitarras se divide en cuatro procesos principales: la primera capa y la capa media que contribuyen a rellenar la madera, la capa superior y el pulido. En cada fase se lleva a cabo un lijado, utilizando gradualmente un papel de lija de grano más fino a medida que la superficie se va suavizando y uniformizando.

Durante el proceso de recubrimiento, con cada capa que se aplica se crea una película de aproximadamente 10 micras (0,01 mm) de grosor. Cada aplicación de acabado constituye una capa que no es ni demasiado fina ni demasiado gruesa para evitar que se formen gotas. Los acabados utilizados son desarrollados en un esfuerzo conjunto de colaboración entre las divisiones de investigación propias de Yamaha y los fabricantes de acabados, poniendo especial atención al sonido, la facilidad de aplicación y la capacidad de responder a los cambios medioambientales en el entorno de la guitarra.

El lacado se utiliza como acabado para las guitarras clásicas custom.

Este es un método tradicional de acabado que se utiliza en España, y contiene las secreciones purificadas del insecto Kerria Lacca, que se encuentra en el sudeste de Asia. El lacado consiste en el proceso de disolver esta secreción en alcohol y después aplicarla en finas capas con un paño. Cada capa es de una centésima del grosor de una capa de pintura normal.

El lacado se aplica aproximadamente en unas 300 capas, y cada capa debe secarse antes de aplicar la siguiente. Este es el motivo por el que el lacado tarda alrededor de tres meses en completarse.

El pulimento es el último proceso que se aplica al acabado de una guitarra.

Para pulir la guitarra hasta conseguir un acabado brillante, se utilizan una serie de diferentes componentes abrasivos y paños de pulido. Cada tipo de acabado tiene una dureza distinta en sus capas de recubrimiento, por lo que es necesario tomar medidas adecuadas como, por ejemplo, variar la velocidad (RPM) de la máquina de pulido o reducir la fuerza con la que se aplica para que el acabado sea perfecto.

Después del acabado, se lija la superficie del diapasón y se instalan los trastes.

Los trastes se dejan para el final porque la forma del mástil cambia después de aplicar el acabado y durante el proceso de secado posterior al acabado, por lo que si se instalasen los trastes antes del acabado, sería necesaria una gran cantidad de lijado durante el ajuste final de la guitarra.

Para las guitarras eléctricas y bajos con mástiles atornillados, el acabado del cuerpo y del mástil se realiza por separado, y después se unen en el comienzo del proceso de ensamblaje. El encaje de ambas piezas sin holgura ninguna y el ajuste del ángulo de la junta para conseguir que el instrumento se pueda tocar de manera óptima son acciones que requieren destreza, precisión y paciencia.

Después de instalar los trastes en una guitarra acústica, el siguiente paso es la colocación del puente.

El puente se sujeta firmemente a la tapa de la guitarra para asegurar que las vibraciones de las cuerdas se transmiten correctamente.

Dado que la colocación del puente en la posición perfecta es vital para el sonido y la usabilidad del instrumento, se utiliza una herramienta especial para mantener la fuerza de sujeción en un nivel fijo y asegurarse de que no se produce ningún movimiento o variación.

El ensamblaje final es cuando se monta el resto de herrajes y piezas de la guitarra, incluidas las pastillas y la electrónica en las guitarras eléctricas y bajos. Cada una de las piezas se ajusta cuidadosamente en cada instrumento para optimizar el sonido, asegurándose de que las vibraciones de las cuerdas se transmiten correctamente y que la usabilidad es perfecta.

Después del ensamblaje y del ajuste, algunas guitarras eléctricas pasan un proceso llamado I.R.A. (cuyas siglas en inglés significan "Aceleración de la respuesta inicial"), por el cual la guitarra terminada es sometida a vibraciones a unas frecuencias e intensidades determinadas. Estas vibraciones eliminan las tensiones que se generan entre las piezas durante el ensamblaje, lo que se traduce en un instrumento con una resonancia excelente a pesar de ser completamente nuevo.

En cada etapa del proceso constructivo se lleva a cabo una inspección, pero se realiza una inspección final para hacer una doble comprobación de sonido y usabilidad de cada guitarra.

Si todo queda aprobado y la guitarra cumple nuestras especificaciones exactas, se comprueba cuidadosamente el exterior del instrumento para comprobar que no tiene marcas ni desperfectos. Una vez superadas todas las pruebas, la guitarra acabada se embala y se envía a su nuevo hogar.