LA SORPRENDENTE HUMANIDAD ENTRE LAS NOTAS DE JESUCRISTO SUPERSTAR
LA SORPRENDENTE HUMANIDAD ENTRE LAS NOTAS DE JESUCRISTO SUPERSTAR
LA SORPRENDENTE HUMANIDAD ENTRE LAS NOTAS DE JESUCRISTO SUPERSTAR
Hay canciones en el mundo que se identifican con solo una palabra del texto, como «Imagine», «Yesterday», «Mama» (Bohemian Rhapsody), por mencionar solo algunos ejemplos. En Gethsemane, de Jesucristo Superstar, la palabra es claramente «WHY». El agudo lleno de dolor y desesperación por el que esta canción es conocida en todo el mundo representa el punto culminante, el momento de mayor tensión de la canción y que corresponde exactamente a la palabra «WHY?» ¿POR QUÉ?
Déjenme guiarles por esta canción de una forma bastante particular, pero sencilla; no sin antes invitarles a profundizar en el texto. Toda la tensión y la conmoción que nos sobrecogen de modo inevitable cuando se escucha Gethsemane no pueden desligarse del texto y del momento emocional en que Jesús canta este fragmento. Ese Jesús, el de Jesucristo Superstar, ciertamente no es un Jesús al uso.
«Jesus Christ Superstar», el musical de Andrew Lloyd Webber con letras de Tim Rice, fue un fenómeno revolucionario, tanto desde el punto de vista social como artístico. Una verdadera ópera rock. La banda sonora vendió más de 7 millones de discos, y este extraordinario éxito tanto del musical como del álbum impulsó la realización cinematográfica (1973) de la película que todos conocemos.
Esta película es un solapamiento continuo entre la realidad de la historia de Jesús y su representación teatral, que tiene como protagonistas a una compañía de hippies en Tierra Santa. Este grupo de jóvenes relata, a su manera, la última semana de vida de Jesús. El rostro y la voz de Jesús se confiaron a una figura tan carismática como controvertida: Ted Neeley.
Con la canción que os invito a escuchar, Gethsemane («I only want to say»), os guiaré por una escucha más consciente de la parte musical, pero lo haré llevándoos conmigo por un recorrido a través de algunas de las emociones que surgen de las notas, tratando de haceros sentir cómo la música traduce maravillosamente el tormento interior de Jesús, en este momento de la obra en que está inundado de emociones tremendamente humanas.
¿Listos para este viaje por las emociones? ¡Arrancamos!
INTRODUCCIÓN
INTRODUCCIÓN
Acordes sostenidos, lentos que destacan casi la parálisis de este momento inicial. Una secuencia de tres acordes repetidos dos veces acompaña la voz de Ted Neeley, que observa los discípulos después de la última cena, saciados, cansados, abandonados al sueño bajo un olivo. La emoción de este momento es la SOLEDAD. En efecto, Jesús, mirándolos dormir, se pregunta: «¿Nadie se queda despierto conmigo?» Los llama por su nombre, casi queriendo despertarlos, casi diciendo «no me dejéis solo». En el trasfondo, latente, aún queda la serenidad del momento anterior. Un acorde en tonalidad menor acompaña a Jesús, que se aleja de ellos y abre así el doloroso momento de la reflexión solitaria e íntima del fragmento «I only want to say».
Como ya dije antes, la forma de este fragmento no es la de una canción tradicional, pero aquí comienza lo que podemos llamar la
ESTROFA (A)
ESTROFA (A)
Aquí comienza el diálogo entre Jesús y el Padre. Desde el punto de vista musical, esta estrofa está compuesta por 6 pequeñas frases musicales: las dos primeras en secuencia ascendente (o en progresión) y una un poco más alta que la otra. Para decirlo de manera sencilla para los profanos en la materia. La primera es «I only want to say», y un poco más alto, una nota por encima para entendernos, «if there is a way»; sigue una tercera frase que abre todo y que va hacia el agudo, hacia la nota más alta de toda la estrofa, exactamente la palabra «AWAY» («take this cup away from me»). Las tres pequeñas frases posteriores vuelven a cerrar todo bajando. Esta forma de construir una estrofa es muy común. Algo comienza, se desarrolla muy muy despacio, la energía de la frase crece y luego todo vuelve a cerrarse muy muy despacio (nacimiento, vida, muerte).
En este momento de la canción, los instrumentos protagonistas solo son la guitarra y el bajo, todo muy soft y todavía muy dulce y delicado. La música en este momento parece ajena a todo lo que va a suceder después. Cabe destacar la línea del bajo, que en las primeras dos frases en que la melodía sube hace un movimiento contrario encarnando magníficamente el papel del «bajo que desciende». En la tercera frase (la que conduce al punto de apogeo de la estrofa), el bajo también sigue yendo casi a buscar el ascenso y duplicando la representación rítmica. Esta primera estrofa representa casi una súplica, y el sentimiento que aflora es l’ESITAZIONE, il tormento. Una especie de toma de conciencia de su propio lado humano.
Al final de esta estrofa, de manera muy típica, en la última frase entra la batería y todo se prepara para la repetición de la
ESTROFA (A’), pero esta vez con mayor intensidad instrumental, de voz, de texto, de todo.
Desde el punto de vista musical, en esta segunda estrofa, a parte de los instrumentos, no sucede nada diferente. Las mismas notas, la misma armonía, las mismas líneas. Pero todo sube de intensidad y al sentimiento de inseguridad se sume aquí el MIEDO. Sin embargo, en la última frase («Could you ask as much from any other man?») se asoma el sentimiento y la emoción que recorrerán toda la parte siguiente, es decir, el deseo de REBELIÓN. Este sentimiento aparece con una parte de enlace entre la estrofa y el elemento siguiente, que podríamos llamar
PUENTE, aunque no en el sentido clásico del término. Aquí volvemos a encontrar un movimiento descendente de todos los instrumentos (incluida la voz), al unísono. Como un descenso hacia los sentimientos más terrenales del hombre (es curioso ver cómo Jesús, en cambio, desde el punto de vista escénico está subiendo cada vez más; como para representar la continua lucha entre ir hacia el «bajo» y la tensión por el contrario hacia los sentimientos y los ideales más «altos».
Y aquí aparece ahora una figura musical importantísima, un movimiento rítmico que lo agita todo, que rompe toda la estabilidad y los unísonos del momento anterior. Esta representación rítmica en realidad es una elaboración y una cita del ritmo base de la canción de María Magdalena («Everything's alright»). Este fragmento, que por el título parecería describir un momento de paz, de serenidad, en realidad no lo es en absoluto, y deja entrever los primeros momentos de duda, rabia y confusión dentro del grupo de los discípulos (pueden escucharlo si les apetece). Tal vez por eso el autor ha optado por un tempo que, por así decirlo, no da certezas, no da estabilidad: el 5/4. Sin embargo, cuando lo encontramos en Gethsemane, lo encontramos cuadrado y adaptado a 8 movimientos y repetido 4 veces siempre in crescendo («I want to know I want to know my God»). Aquí la emoción que se muestra es LA INQUIETUD, el nerviosismo, la turbación. Por primera vez aparece la palabra «WHY», pero aún de una forma bastante controlada
Nos estamos acercando al punto culminante del fragmento y los autores nos llevan allí, a la cima de la colina, a través de una repetición del
PUENTE y del elemento rítmico y con un enriquecimiento posterior de la plantilla orquestal (ahora está todo, el viento, la percusión), y aparece también un enriquecimiento de la tesitura, situándose los instrumentos de viento en un registro agudo. La orquesta aquí parece querer abrazarlo todo: amplitud de rango, lleno de la orquesta, paisaje, tierra y cielo...
Las cuatro primeras frases del elemento rítmico son apremiantes y cada vez más «rabiosas», pero esto no basta para preparar el
CLÍMAX. Se necesita un nuevo aumento de la tensión, con un cambio de tonalidad sin preparación. Así, de repente. Otras cuatro frases y…RABIA: Jesús llega a la cima de una colina de rocas, escalando con las manos desnudas, abre completamente los brazos y grita «WHY (SHOULD I DIE)?»
Distintas frases (ben 10), obstinadas, cada vez más rabiosas y con la orquesta cada vez más rica, animada y agitada con el típico bajo que desciende pasando por sentimientos de RETO, INCREDULIDAD, de RECHAZO del propio destino hasta llegar casi a la maldad con la frase «JUST WATCH ME DIE!»
Aquí el punto culminante desemboca en un elemento rítmico en 5/4 que utiliza siempre el bajo que desciende. En la pantalla fluyen las imágenes de lo que sucederá después, mostrado en las obras de arte. La voz desaparece, casi como si no hubiera más aliento, como si después de todo el tormento ya no quedasen fuerzas… solo la orquesta mueve sus pasos angustiosos siempre in crescendo hasta una brusca interrupción…Silencio...
Vuelve la Estrofa. Se despeja todo, solo quedan el piano y el bajo. Jesús, de rodillas y con las manos juntas, ya casi no canta, está cansado, prácticamente habla… con voz temblorosa, exhausta… hasta que llega el momento que es para mí el más emocionante de toda la canción. En la última repetición de la
Estrofa (A’) Jesús se pone en pie y con toda su dignidad y grandeza, vuelve a cantar con fuerza, la orquesta también, todos los instrumentos juntos animan este momento de una forma dramáticamente dulce, dialogando con Jesús. Aquí, por segunda vez, Jesús extiende los brazos en la frase musical que quizás sea la más bella y trágicamente humana de toda la canción: «I WILL DRINK YOUR CUP OF POISON». El sentimiento aquí es la ACEPTACIÓN
La canción termina de forma sorprendente con la frase «TAKE ME KNOW, BEFORE I CHANGE MY MIND» y la música no finaliza en absoluto con una armonía estable… al contrario, se cierra este momento con una solución armónica que en música se conoce como cadencia de engaño: cuando un acorde que debería «caer» sobre el último, concluyendo con una sensación definitiva, resuelve «cayendo» en otro acorde, que en vez de cerrar, abre en forma inesperada (y por tanto nos engaña), dejando entrever nuevos desarrollos. Y ya se sienten llegar notas inquietantes y disonantes que anuncian todo lo que sucederá después...
Les invito también a escuchar la preciosa versión de Stefano Bollani… un genio de la música, capaz de elaborar, alterar y hacer propia cualquier canción, convirtiéndola en una obra maestra.
Notarán que él decide comenzar del reclamo del elemento en 5/4, adaptado a los 8 tiempos… elaborándolo aquí y posteriormente de una infinidad de maneras.
Señalo solo otra característica bastante sencilla de comprender en la complejidad de esta versión (habría que analizar cada nota, pero esto se convertiría en un artículo solo para músicos expertos): Bollani vuelve a armonizar el elemento del bajo que desciende con unas sustituciones armónicas geniales. Disfruten de la escucha.