Empieza poco a poco, sueña a lo grande: ¿por qué el sistema educativo de Yamaha destaca sobre los demás?

La importancia de la música para el desarrollo de los niños no es un secreto para nadie.

Hay multitud de investigaciones que mencionan cómo el aprendizaje de un instrumento mejora las siguientes capacidades en los niños:

  • Capacidad intelectual
  • Capacidad socioemocional
  • Capacidad motora
  • Capacidad lingüística
  • Capacidad de alfabetización en general

Pensemos en todos los mini-Einsteins que hay por ahí, y que con menos de ocho años leen, escriben y tienen un nivel de matemáticas como si estuviesen en bachillerato. Lo más probable es que la música esté presente en su vida de manera significativa.

Bueno, igual el ejemplo anterior sea un poco exagerado. Tan solo pretende sensibilizar sobre el hecho de que abrir a un hijo a la música es una de las decisiones más sabias que unos padres pueden tomar.

Sin embargo, a continuación hay algunas consideraciones al respecto que deben tenerse en cuenta.

Elegir el estilo de educación adecuado

Si hay una historia demasiado común que rompe el corazón a los educadores musicales, es escuchar que alguien se ha amargado por la música debido a una experiencia negativa de niño o joven.

Por eso, cualquier padre que quiera que su hijo se entusiasme interpretando, escribiendo o creando música debe asegurarse de elegir el mejor sistema educativo posible.

Por ejemplo, están las escuelas Yamaha Music School, un sistema considerado por los educadores como el mejor del mundo.

El sistema educativo de Yamaha asemeja la música al lenguaje

Observemos la relación de los niños con el lenguaje.

Ya desde el útero, oyen a la gente hablar, absorben los sonidos y se familiarizan con el lenguaje.

Desde sus primeros años de vida, los niños empiezan a repetir, y nosotros primero les animamos a balbucear un galimatías sin sentido y luego les instamos a que se vayan aproximando a una comunicación coherente. Pronto empiezan a pensar en términos de lenguaje y van asignando significados a palabras y frases.

Después, es cuestión de tiempo que un niño formule oraciones de manera lógica, que rápidamente se convertirán en conversaciones.

Y en unos años, habrá tenido tiempo de familiarizarse con el pensamiento y el habla, y aprenderá a leer y a escribir. Una vez establecidos esos pilares básicos, se introducen los fundamentos de la gramática y la teoría de la estructura de las oraciones.

Con el sistema educativo de Yamaha Music se sigue una secuencia similar para desarrollar las habilidades musicales, como vamos a ver a continuación.

Yamaha enseña música como otra lengua materna

Si hay una deducción que resulta evidente de lo expuesto anteriormente, es que nadie espera que un niño lea y escriba antes de saber hablar.

En cambio, muchos educadores musicales enseñan teoría a los niños mientras se están familiarizando con un instrumento. Este método se conoce como “nota primero”, que es parecido a esperar que un niño lea y escriba mientras aprende a hablar.

Dicha filosofía de enseñanza orienta a los estudiantes hacia el hábito de tocar notas en lugar de tocar música. Con este planteamiento, es realmente difícil entusiasmarse con la música.

En otras palabras, el enfoque de “nota primero” es como poner el carro delante del caballo.

Por el contrario, para Yamaha es “rutina primero”.

Esto quiere decir que los profesores de Yamaha siguen con los niños la secuencia de escuchar, cantar, tocar, leer, escribir e INTRODUCIRSE de lleno en la aventura de crear música por ellos mismos.

Según una investigación realizada en Japón, este estilo de enseñanza se basa en la suposición de que una gran mayoría de los niños alcanzan la diversidad de “escucha absoluta" después de aproximadamente dos años y medio de aprendizaje. Este proceso es un calco de la forma en la que los niños desarrollan sus capacidades relativas al lenguaje.

Algunos aspectos más específicos del sistema educativo de Yamaha

El sistema educativo de Yamaha también utiliza lecciones en grupo. Ese ambiente permite a los niños cantar y tocar instrumentos tanto individualmente como en conjunto. Es una filosofía que mejora la estructuración de los procesos musicales.

Las lecciones en grupo realzan el aspecto comunicativo de la música y acrecientan la capacidad de colaboración de los niños Además, existe la oportunidad de mejorar las habilidades basadas en el trabajo en equipo y la posibilidad de participar en una comunidad más amplia que apoyará aún más el crecimiento y el desarrollo.

La camaradería de grupo y la satisfacción que se experimentan al compartir la vivencia con amigos no tienen comparación posible. Esto supone un incentivo adicional para que el niño mantenga la pasión por la música con el paso de los años, y que se vea recompensado por ello.

Es más, los vínculos compartidos con los compañeros de clase y compañeros de banda establecen un tipo de química especial que se verá reflejada en unas actuaciones en grupo fascinantes y llenas de expresividad. Estas experiencias estimularán todavía más al niño en su compromiso de por vida con la música.

Mucho más que “tocar un instrumento”

Aunque tocar un instrumento es un componente crucial de la música, una excesiva concentración en este aspecto puede convertirse en un enfoque unidimensional. Sin duda, las habilidades técnicas son de gran valor, pero priorizarlas sobre todo lo demás suprime muchos de los elementos más bellos de la música.

Por eso, Yamaha centra gran parte de su enseñanza en torno a elementos como “escuchar”, “cantar”, “leer” y “crear”, siempre a través de sentir la música y sus mensajes. Esto “construye” mentes musicales completas, equilibradas e imaginativas que aprecian y valoran una gran diversidad de estilos y géneros.

Priorizamos la improvisación y la composición

En el siglo XX, algunos de los mejores músicos del mundo son capaces tanto de improvisar como de componer. Es una verdadera pena que muchos sistemas de enseñanza no lleguen a fusionar ambos caminos.

Los instructores de Yamaha creen que la composición y la improvisación sirven para fortalecerse mutuamente. Cuando se sobresale en ambas habilidades, la música se escucha, se interpreta y se lee con mayor aprecio y comprensión. A partir de ahí, la humanidad puede componer música hermosa y autogratificante a partes iguales.

Una vez que tu hijo haya aprendido una gran cantidad de canciones, Yamaha empezará a enseñarle composición y a fomentar y supervisar su progreso individual sobre esta base.