Salvador Francés
Yamaha, que cuenta con una red de talleres y centros de artistas de todo el mundo, trabaja con músicos de gran envergadura para dar apoyo a sus interpretaciones, así como para diseñar instrumentos musicales y desarrollar nuevas ideas que ayuden a todos los músicos. Los artistas Yamaha comparten con nosotros su pasión por inspirar a la próxima generación de músicos y la convicción de que todo el mundo debería recibir motivación para desarrollar su talento, conectar con los demás y narrar su propia historia a través de la música.
Te presentamos al artista Yamaha Salvador Francés
¿Qué te aporta tu instrumento para trabajo diario?
Seguridad, confianza, mucha tranquilidad a la hora de tocar, tiene un sonido claro, cálido, con mucho cuerpo, fácil de proyectar, poder hacer contrastes grandiosos de dinámicas, mucha agilidad con el mecanismo de las llaves.
¿Qué características destacarías de tu instrumento?
La calidad, por supuesto, creo que son unos instrumentos de muy alto nivel de construcción, fabricados con una madera y un mecanismo que aporta una calidez al sonido exquisita en todos los registros. La facilidad de la emisión i proyección del sonido, por poner un ejemplo, se puede hacer unos pianísimos espectaculares llenando toda la sala y llegando hasta la última butaca.
¿Cuándo comenzó tu relación con YAMAHA?
En el año 1993, a raíz de unos cursos internacionales de música que se realizaban en mi ciudad natal. YAMAHA vino a dichos cursos a realizar una exposición de instrumentos y allí fue la primera vez que los conocí, desde entonces no he dejado nunca de tocar con YAMAHA.
¿Quién ha sido el músico que más ha influido en tu carrera musical?
Sin duda alguna ha sido JOSEP FUSTER, con quien comencé a estudiar en el año 1992 y al que siempre he tenido como referencia en todos los sentidos, tanto en lo profesional como en lo personal y por supuesto, siempre he intentado seguir su metodología y aplicarla a mis alumnos.
¿Qué consejos darías a un músico que está comenzando su carrera?
Que sea perseverante en el trabajo y el estudio del instrumento, si realmente quiere dedicarse a esta profesión tan gratificante, aunque le salgan adversidades y que no dude de su capacidad para conseguir importantes logros.
Sobre todo, que disfrute de lo que hace cada día.